Noviembre 2024

Hoy no iba a escribir, mi silencio sería mi pequeña huelga, mi pequeña manifestación de indignación suprema. Pero Valencia clama a gritos desesperados algo de cordura, algo de verdad en estos tiempos de desinformación y devastación absoluta. Empezamos una nueva cuenta atrás, porque aquí, en esta tierra donde llueve mal y sabemos de lodo o de pueblos anegados nos echamos a suertes en un tablero invisible a quien le toca esta vez. Vivo en un pueblo que cuenta con el récord de precipitación en un solo día, el 3 de noviembre de 1987 cayeron 817 mm de lluvia en Oliva y hace apenas unos días nos salvamos por poco. La alerta roja estuvo sobre nosotros todo el día y fue un giro de viento él que desplazó la nube y nos libramos, al menos, esta vez.

Este año el agua nos ha sorprendido demasiado, a nosotros, acostumbrados a estas lluvias sin sentido que en cuestión de minutos dejan las calles intransitables. El nivel de agua ha superado con creces el imaginario colectivo y el nivel de alerta del que fuimos conscientes era mínimo. La gente murió ahogada porque no sabía el peligro que corría. Estas fechas son sensibles y cada año recordamos las imágenes de aquellas riadas que sorprendieron a nuestro pueblo, cada pueblo cuenta con su propia riada, con su propia crónica negra de agua anegando bajos y locales, pero ninguna, ni una de todas ellas, se parece ni por asomo a lo que hemos visto estos días. Sin duda esto va a más y el cambio climático es tan real que negarlo es absurdo.

Pero lo que mas me jode, lo que mas me fastidia de todo es la actitud de las administraciones frente a la tragedia, la sensación de abandono de los damnificados es real y la desinformación que estamos viviendo a través de redes sociales, televisiones y periódicos me pone la piel de gallina. Si la gente se ha lanzado a las calles a limpiar es porque no nos queda otra, hoy por ti y mañana por mi, porque aquí todos somos conscientes de que esa casa inundada, ese bajo destrozado, ése álbum de fotos desaparecido podría ser de cualquiera de nosotros porque aquí, al meu país, la pluja no sap ploure.

No buscamos ni queremos ser héroes, queremos saber que está pasando, queremos saber el numero de víctimas REAL, el numero de desaparecidos REAL… queremos dejar de recibir millones de bulos que demuestran, una vez más, que hay gente que se aprovecha de la desgracia de los demás para hacer calar sus discursos e ideas basados en mentiras y en ideologías de propaganda.

No voy a acompañar de imágenes este texto, porque estoy cansada de ver como se repiten en bucle en las televisiones, unas televisiones que cambian de discurso según la cadena, que buscan en la desgracia una historia más que contar, un espectador más que entretener, ninguna ayuda que prestar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.